El Parque Arqueológico de Copán
ubicado en el valle del mismo nombre, al occidente de Honduras es, quizá, la
mayor fuente de información sobre la antigua civilización Maya. A lo largo de
todo el valle se encuentran vestigios de esta gran civilización que vivió en la
zona y que alcanzó su máximo esplendor entre los siglos VI y VIII de nuestra
era.
Los atractivos más sobresalientes
que nos dejaron en herencia los mayas de Copán son el Parque Aqueológico Copán
Ruinas; la zona arqueológica de Las Sepulturas; Los Sapos, un pequeño conjunto
de rocas esculpidas entre las que destacan algunas con forma de sapos; las
estelas ubicadas a lo largo del valle, y dos museos: el Museo Regional de
Arqueología y el Museo de la Escultura Maya.
La larga historia de
investigación y excavación arqueológica en Copán ha mostrado una extensa red de
túneles que se cavaron bajo el sitio arqueológico. Estos túneles, que
tradicionalmente han estado cerrados al público, han abierto una ventana al
pasado dejando al descubierto tumbas y templos que no están a simple vista.
Desde hace unos años, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia abrió
dos de estos túneles al público: el túnel Rosa Lila y el túnel Los Jaguares.
Una de las preguntas más comunes
entre los visitantes de Copán es dónde y cómo vivían los habitantes de la
ciudad maya. Y la respuesta se puede encontrar en Las Sepulturas. Las
Sepulturas forman parte integral del Proyecto Arqueológico de Copán, y están
ubicadas a sólo dos kilómetros de distancia del parque arqueológico principal.
Se les conoce con este nombre por la costumbre maya de enterrar a sus muertos
en la misma casa donde habitaban. Hoy se sabe que ésta era una zona residencial
de la élite copaneca, durante los días del reinado de Yax-Pac, último rey
copaneco.
La primera noticia de las Ruinas
de la Ciudad Maya de Copán se remonta al año de 1576, cuando Diego García de
Palacio, oidor de la Real Audiencia de Guatemala, escribe a Felipe II, Rey de
España, mencionándole el hallazgo de las ruinas de esta ciudad maya. Con
posterioridad, las Ruinas de Copán fueron visitadas por varios exploradores: El
obispo Vásquez de Espinoza en 1613 en su crónica sobre Honduras escribió:
“. ay unos soberbios edificios de
tiempos inmemorables, que de muchas edades se a perdido la memoria, y noticia
de los que los hicieron y fabricaron por su grande antigualla entre las ruinas
de ellos ay cosas prodigiosas y de admiración...”. (Acosta; 1995; 25).
En el año de 1834, el Coronel
Juan Galindo, al servicio del Gobierno Federal de Centro América, realizó las
primeras exploraciones e informó sobre lo ahí encontrado. Por su parte, en el
año de 1839, el norteamericano John L. Stephens, en compañía del artista ingles
Frederick Catherwood visitaron las ruinas y reprodujeron grabados de la
abandonada Ciudad Maya de Copán.
En el año de 1885, llegó a Copán
el Inglés Alfred Maudslay. A él se debe la primera nomenclatura de los
monumentos y esculturas. También realizó reproducciones en moldes de yeso de
estelas y altares, además de un mapa topográfico del Grupo Principal. Todo el
material por él recogido se exhibe en el Museo Británico.
En el año de 1891, el Museo
Peabody de la Universidad de Harvard obtuvo permiso del Gobierno de Honduras
para realizar excavaciones en las cuales se descubrió la Escalinata de los
Jeroglíficos, tumbas y esculturas.
En 1910 arribó a Copán el Dr.
Sylvanus G. Morley, quien realizó numerosas investigaciones. Mediante él se
logró que la Institución Carnegie of Washington y el Gobierno de Honduras
firmaran, en 1934, un convenio que permitia a la Carnegie emprender trabajos de
restauración de los monumentos. Stromsvik se encargo de realizar esta labor.
MUSEO REGIONAL DE ARQUEOLOGÍA MAYA
El Museo Regional de Arqueología
Maya es un pequeño museo localizado frente al parque central de Copán Ruinas.
Fue inaugurado el año de 1939 ante la necesidad de tener un lugar adecuado y
seguro para exhibir y guardar las piezas porocedentes de las excavaciones
arqueológicas. Las paredes de este inmueble están constituidas con grandes
bloques de piedra extraídas de las mismas canteras que usaron los mayas. En la
fachada luce el escudo de la República de Honduras, tallado magistralmente por
Gustav Stromsvik.
El Museo tiene una importante
colección de artefactos, estelas, altares, vasijas, adornos de jade, y
utensilios de obsidiana procedentes de las ruinas de Copán.
De singular importancia es la
tumba del escribano que se encontró en Las Sepulturas, y una colección de
excéntricos. Así como el Calendario Maya y los retratos de los dieciseis
gobernantes de la familia real Maya.
Se recomienda la visita a este
interesante museo.
MUSEO DE LA ESCULTURA MAYA
Este museo es sin duda uno de los
grandes atractivos para los viajeros que visitan esta zona arqueológica. En su
interior se exhiben una serie de esculturas que han sido rescatadas del sitio
arqueológico. Entre ellas, destaca la impresionante replica a escala natural
del Templo Rosa Lila, también conocido como Templo del Sol, descubierto bajo la
estructura 16 en perfecto estado y que da a los visitantes una idea muy clara
de Copán durante su era de esplendor. Otras exhibiciones importantes son la
fachada del Juego de Pelota, las estelas y el altar Q, todos originales.
A finales de la década de los 70,
el Ministerio de Cultura y Turismo y el Instituto Hondureño de Antropología e
Historia inician el Proyecto Arqueológico Copán (PAC), que ha permitido una
mejor y más objetiva interpretación de los restos culturales del Valle de San
José de Copán, corrigiendo errores de interpretación al contar con un mayor
volumen de información.
Hoy sabemos que el centro del
casco urbano de Copán era un núcleo poblacional donde residían los principales
de la comunidad y que no tenía únicamente una función cermonial como se le
llegó a tribuir durante mucho tiempo. Sabemos también que los personajes
representados por el arte Maya no eran dioses sino altos jerarcas de la comunidad.
Y lo mismo sobre la escritura, que era interpretada como la representación de
un sistema de adivinación con el cual los mayas documentaban las predicciones
de eventos que tendrían lugar en el futuro, y no como lo que hoy se considera:
un texto donde se narra la historia de los acontecimientos en la vida de los
reyes, sus guerras, sus conquistas, sus alianzas y incluso, la sucesión
dinástica.
Del mismo modo, los estudios
realizados nos indican que el crecimiento de la Ciudad de Copán fue un proceso
paulatino.
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