martes, 16 de mayo de 2017

La Deforestacion en Honduras



La Deforestación en Honduras

La deforestación más que un problema ambiental es un problema social y se vuelve tan complejo debido a que es un efecto de actividades humanas en las que prevalecen intereses de toda índole desde los más grandes por parte de ciudadanos acaudalados y/o funcionarios con el rango más alto en el Estado, hasta el campesino más humilde que requiere de un espacio libre de árboles para el establecimiento de su parcela de cultivo.
La superficie cubierta de bosque en el país cada año es menor y para que esto ocurra se conjugan una serie de elementos que es muy difícil ordenar según su importancia ya que todos tienen su cuota de influencia en este fenómeno. Podemos empezar con el Estado mismo; quien debería promover políticas en función de un país eminentemente forestal y aquí es donde entran en juego los intereses curiosamente dentro de la misma Administración pública.

Le compete al Instituto de Conservación Forestal el diseño e implementación de una estrategia nacional para el control de la tala y el transporte ilegal de los productos forestales. Por su parte el Instituto Hondureño del Café (Institución privada) promueve la caficultura muy bien sustentada en términos macroeconómicos con un aporte del 12% del PIB y que sostiene económicamente al 25% de la población nacional.

Por su parte el Instituto nacional Agrario (INA) es una entidad Semi-Autónoma del Estado, cuyo fin es realizar el proceso de reforma agraria en cumplimiento de la política agrícola nacional impulsada por el Gobierno, con el propósito de lograr la transformación de la estructura agraria del país e incorporar a la población rural al desarrollo integral de la Nación.

Cada institución promueve su Misión/ Visión y todas proveen de beneficios a ciudadanos hondureños. El inconveniente en esta situación es la consecuente degradación y deforestación que se ha derivado de la mala intención de ciudadanos y funcionarios a costa de los bosques del Estado.
Así tenemos predios cultivados de café o pastos con títulos de propiedad a favor de particulares extendidos por el INA y que anteriormente fueron terrenos cubiertos de bosque pertenecientes al Estado. A esto se suman los aprovechamientos ilegales de madera.

El ICF puede obtener la mejor tecnología para determinar la tasa de deforestación anual del país y lo que obtendremos es una cifra fría. Actualmente sin necesidad de sistemas sofisticados nos podemos dar cuenta de la alta presión a que están siendo sometidos los bosques. Para mitigar la tasa de deforestación se requiere de recursos financieros con los que no cuenta el ICF.
La deforestación debe ser vista como un problema de país, ya que todos percibimos bienes y servicios de los bosques. Por lo tanto es fundamental el compromiso de las comunidades e instituciones, partiendo de un elemento tan fundamental como el agua. En ese sentido las comunidades mismas velan por la integridad de las áreas boscosas que les proveen de agua.

El SANAA y la ENEE velan por las áreas boscosas de las cuencas que abastecen los embalses. El ejército se ha convertido en un nuevo actor que también tiene su cuota de responsabilidad para reducir la tasa de deforestación, ya que cuenta con financiamiento del Gobierno Central.

La Organización de las Naciones para la Agricultura y la Alimentación (FAO) nos permite una apreciación más clara que el resto de las definiciones, ya que la reducción de la cubierta por debajo de un 10% implica que la pérdida debe ser permanente y que el sitio ha cambiado a otro tipo de uso (agricultura, pastizales, presas, o áreas urbanas) (FRA 2005).
A diferencia del resto de las definiciones, la proporcionada por FAO establece una clara diferencia entre deforestación y degradación. Entendiéndose el segundo término como áreas en donde los árboles son removidos o el bosque ha sido deteriorado pero no ha disminuido a menos del 10% de su cobertura original o no ha sido reemplazado por otra actividad permanente.

La degradación incluye la remoción de árboles sin tener que llegar a menos del 10% de la cobertura original del dosel y además incluye cambios que no se detectan con percepción remota como la extracción de los diversos productos no maderables. La degradación incluye cambios dentro del bosque que afectan negativamente la estructura o función del bosque o sitio reduciendo su capacidad de proporcionar productos y/o servicios (FRA 2005).

En consecuencia el término deforestación se aplica en aquellas áreas que perdieron total o casi totalmente su cubierta forestal. Así tenemos que todas o la mayoría de las obras de infraestructura que cotidianamente usamos surgieron y seguirán surgiendo a partir de procesos que iniciaron con la eliminación de la cubierta forestal y que para efecto de este documento hemos denominado “cambio de uso por interés público”



El fenómeno de la deforestación surge con el nacimiento de las actividades agropecuarias de manera extensiva, derivadas de la necesidad de suplir de alimento a una población creciente que anteriormente obtenía sus alimentos directamente del bosque.


Históricamente ubicaremos a la deforestación en dos etapas; antes y después de la colonización española. Así propondremos dos escenarios; el primero; una población relativamente baja que obtenía su sustento diario de alimentos del bosque y áreas de cultivo relativamente pequeñas (año 1 al año 1524). Como segundo escenario tenemos la introducción del ganado, el fomento de la agricultura y el incremento de la población (1525-2011).
En el segundo escenario podemos presumir el fenómeno que mayor impacto ha tenido en el recurso forestal de Honduras, básicamente a finales del siglo XIX cuando su economía basada en la agricultura vino a ser dominada por compañías estadounidenses que establecieron enormes plantaciones de plátano a lo largo de la costa del norte.

En esa época llegaron al país las compañías transnacionales, principiando con la poderosa United Fruit Company, se funda la Cuyamel Fruit Company, al igual hace su aparición la Vaccaro Brothers & Co que después pasaría a ser la Standard Fruit Company, para desarrollar la siembra del banano.
Asimismo, en el interior del país se intensifican las actividades agropecuarias que derivaron el acaparamiento de tierras.


Con esta síntesis y en términos muy sencillos podemos derivar una pérdida de bosques en el país desde el año 1524 a la fecha, en un período de 487 años. Para ello utilizaremos como supuesto que todas las tierras estaban cubiertas de bosque a excepción de aquellos ecosistemas que por su naturaleza no presentan vegetación leñosa.
Tomando como base una superficie de 112,492 km² a la cual le restaremos un área aproximada de 900 km² correspondiente a cuerpos de agua naturales (sin incluir embalses), tenemos que para 1524 el territorio que hoy es Honduras contaba con 111,592 km² de bosques, equivalentes a 11,159,200 ha. Si tomamos en cuenta.


La Evaluación Nacional Forestal (2005) que estima una superficie cubierta de bosque de 5,791,602 ha, implica una pérdida de 5,367,598 ha en un período de 487 años, equivalente a una pérdida anual promedia de 11,022 ha/año.

                                    Pérdidas y Ganancias de Bosques

Para las estimaciones de la tasa de deforestación en términos generales se utiliza un balance entre ganancias y pérdidas de bosque. En ese sentido enunciaremos algunos aspectos a considerar al momento de elaborar un informe de país y que tenga que ver con la cubierta boscosa

Reforestación Permanente: También se le puede denominar “plantación no comercial” y es aquella que se realiza con fines de recuperación de áreas degradadas o deforestadas. Estas áreas reforestadas son las que para efecto de estimación de la tasa deforestación se denominan “ganancias” y que por lo general se realizan en áreas productoras de agua y áreas protegidas.

Reforestación temporal: Es el establecimiento de un nuevo bosque cuya permanencia es temporal ya que siendo una “plantación comercial” será cosechado en un determinado momento.
En este caso es importante analizar dos situaciones; cuando la plantación esté establecida representará una “ganancia” de bosque y al momento de su corte representará una “pérdida de bosque” cuando realmente lo que ocurre es la cosecha de un “cultivo”.
Lo mismo pudiera ocurrir con el aprovechamiento de bosques naturales en donde se practiquen cortas a tala rasa. Ante estos casos es fundamental hacer las aclaraciones al momento de elaborar informes de país.
Tomando en consideración el concepto de “Bosque” de la Ley Forestal se puede considerar como “ganancia” las plantaciones de árboles frutales.

 
 



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